Filomena y cambio climático, ¿fenómenos incompatibles?

La bajada de temperaturas provocada por el último temporal hace que muchos se cuestionen la existencia del calentamiento global

Ana Belén Rodríguez Valbuena

Imagen vía satélite a 11 de enero que muestra el manto blanco dejado por Filomena a su paso por la península. Fuente: NASA Eath Observatory

Han pasado varios días desde que el temporal Filomena trajera consigo temperaturas y nevadas nunca vistas en los últimos años. Escépticos del cambio climático como el televisivo Iker Jiménez, director y conductor del programa Cuarto Milenio, aprovecharon la llegada de la borrasca para mostrar sus críticas a aquellos científicos que defienden diariamente la necesidad de hacer frente a la lucha medioambiental. La pregunta, por tanto, es obligada ¿están relacionados temporales como Filomena con el calentamiento global? Si la respuesta a esta cuestión es ´sí´ podríamos plantearnos una segunda incógnita ¿cómo cuadrarían ambos fenómenos en un mismo tiempo y espacio temporal?

Fuente: Twitter de Iker Jiménez.

Las temperaturas registradas en las estaciones meteorológicas; los estudios llevados a cabo por infinidad de científicos y evidencias como que, desde 1950, los días calurosos se han vuelto más comunes y los fríos menos frecuentes a nivel mundial demuestran que el cambio climático es una realidad incuestionable. Factores naturales como el cambio de la actividad solar o la acción volcánica y, en gran medida, la actuación del hombre – conocida como influencia antrópica– después de la Revolución Industrial son los grandes culpables de que, a día de hoy, el calentamiento global sea uno de los grandes retos que tienen la humanidad en este siglo. De hecho, sin la influencia antrópica la temperatura del planeta debería ser, a día de hoy, más baja que la que tenemos.

El 97% de la comunidad científica coincide en la existencia del cambio climático, según datos del National Geographic.

Dos fenómenos compatibles

El sistema climático mundial ha pasado de estar formado por cinco componentes – atmósfera, océano, superficie emergida, biosfera y criosfera – a contar con un sexto: la acción del hombre y, por ende, el sistema económico de éste, basado en el consumismo y, en muchas ocasiones, en el derroche. Esta situación pero, sobre todo, el hecho de que los 7.730 millones de habitantes del planeta hayamos sustentado nuestra forma de vida en el consumo de recursos y la producción de millones de residuos nos lleva a un aumento constante de la temperatura del Planeta. Por ello, en este escenario, muchos escépticos no entienden que los científicos hablen de calentamiento global y aparezcan temperaturas de hasta treinta bajo cero y nevadas históricas.

“Nuestro sistema económico y el clima del futuro tendrán mucho que ver”.

Para dar respuesta a las preguntas que planteábamos al principio del texto, cabe diferenciar entre dos conceptos: ´clima´ y ´tiempo meteorológico´. El clima es, por su parte, “el conjunto de condiciones atmosféricas propias de un lugar y cuya acción influye en la existencia de los seres sometidos a ella”. Por otro lado, el tiempo meteorológico es “el tiempo atmosférico o meteorológico es el estado de la atmósfera en un momento y lugar determinado​”. Es decir, el primero es una construcción mental abstracta mientras que el segundo es la temperatura real que un ser vivo siente, ya sea calor o frío.

Un suceso meteorológico, por muy intenso que sea, no caracteriza el clima, ni tampoco le afecta. Filomena ha sido un episodio excepcional que no contradice la tendencia global y regional del aumento de la temperatura del Planeta. Los días fríos, y las tormentas de nieve que los acompañan, ocurrirán con menos frecuencia a medida que el mundo se calienta, pero no desaparecerán por completo. Es decir, los -35, 8º vistos en las praderías de Vega de Liordes – deshabitadas, por cierto, aunque algunos medios de comunicación hayan afirmado lo contrario -, en el macizo central de Picos de Europa y los 50 cm de nieve vistos en determinadas zonas de la capital del país son, aunque históricos, normales y propios de un temporal frío muy bien previsto, además, por la Agencia Estatal Metereológica.

Es decir, el calentamiento global existe y no ha parado aunque sigan produciéndose borrascas o temporales fríos por mucho que siga habiendo quienes se suben al barco del negacionismo como el ya mencionado Iker Jiménez.

Algunas de las críticas al comunicador. Fuente: Twitter,

Habrá más Filomenas: más prudencia y previsión

La comunidad científica coincide en pronosticar que habrá más borrascas como la que hemos vivido en los primeros días de 2021. A medida que el tiempo avance, el aumento de la temperatura del planeta provocará, según los expertos, olas de calor más intensas en verano y entradas de aire frío más severas en invierno. A pesar de temporales como Filomena, cabe recordar que última década ha sido, según la Organización Meteorológica Mundial, la más cálida desde que se tienen datos, una tendencia que se mantendrá a largo plazo si no se toman medidas contra la lucha climática.

Filomena no ha sido ejemplo de una buena gestión del temporal en las grandes ciudades como ha podido verse hasta la saciedad en los medios nacionales y ha vuelto a poner de manifiesto la excesiva atención mediática que reciben determinadas zonas en perjuicio de otras. Distintos territorios, en su mayoría zonas rurales, que aunque más acostumbrados a las bajas temperaturas y a las nevadas, han tenido los mismos problemas de aislamiento, desabastecimiento, movilidad e, incluso, aludes con víctimas mortales, no han sido merecedores de la misma atención. Áreas cuyos habitantes, en su mayoría personas mayores, pueden estar en serios apuros si necesitasen acudir a un centro médico de urgencia con más de metro y medio de nieve en las calles de su pueblo, a pesar, dicho sea de paso, de la gran labor de las quitanieves y sus operarios. Agradecimiento extrapolable, también, a quienes voluntariamente han trabajado en las grandes ciudades para trasladar pacientes, ayudar a personas atrapadas etc. Sin embargo, la gran diferencia entre unas zonas y otras ha sido la previsión y la precaución, lo que no ha impedido que, aún así, surjan graves inconvenientes.

En plena tercera ola del Covid-19, llegó Filomena para que los sanitarios tuvieran que recordar, por activa y por pasiva, que la situación de los hospitales y, especialmente, de las urgencias estaba al límite; pedían, además, prudencia para evitar caídas porque, después de la nieve, viene el hielo y las correspondientes caídas y fracturas derivadas del mismo, así como la atención sanitaria que ello requería; exigían responsabilidad cuando en la Plaza del Sol se aglomeraban algunos madrileños para disfrutar de la nieve al son de ´A quién le importa´ de Alaska o hacían caravana para subir a la Sierra pese a los avisos del 112 , olvidándose, temporalmente, que estamos en plena pandemia mundial con miles de contagios y, lamentablemente, cientos de fallecidos.

Días después del temporal ciudades como Toledo o Madrid siguen viendo cómo los estragos producidos por la nieve han impedido desarrollar con normalidad su día a día – caída de árboles en la vía pública, calles intransitables por el hielo, coches atrapados y un largo etcétera-. Los temporales que están por venir seguirán siendo avisados y, lo que es más importante, con suficiente antelación por las estaciones meteorológicas y la Agencia Estatal, para que las CCAA puedan hacerles frente. Otra cosa es la previsión y los recursos que están dispuestos a utilizar para hacerlo, así como la precaución de quienes quieren disfrutar de los efectos del temporal. Una previsión a tiempo parece ser también una victoria.

Deja un comentario